Hace no mucho me topé en Twitter con ésta frase:
"A veces es mejor hacernos amigos de nuestra
tristeza, que pelear contra ella"
Y desde entonces se quedó en mi mente, hizo eco y no he dejado de pensar en ello...
Y es cierto. Totalmente.
Todo lo que he pasado me ha llevado a concluir exactamente lo mismo.
¿De qué sirve pelear contra tanto dolor? Al final, hace más daño y cansa más.
Hoy puedo decir que, ciertamente no soy la mejor amiga de mi tristeza, pero, estamos empezando a llevarnos bien, y eso, es un gran logro.
Hoy no tengo mucha inspiración. Espero regrese pronto.